Ya estoy en la casa de Martha, estamos en su habitación escuchando música. Yo estoy pensando en la declaración de Miguel de hoy a la mañana. Nunca lo hubiera creído. ¡Estaba sorprendida!
De repente, Martha me dirije la palabra:
—Estas muy callada, ¿estás bien?
—Si. Pero te tengo que contar lo que me ocurrió esta mañana.
—¿qué pasó Flora? Contame ya. Respondió rápidamente.
—Hoy me habló Miguel, mi amor platónico desde jardín.
—¿Ese flacucho te gusta? ¿Qué te dijo?
—Se me declaró, y luego me invitó a salir.
—¿Cuándo? ¿Dónde?
—Hoy mismo. Pero le dije que nó ya que me habías invitado tu. Me hice la desinteresada.
—¡Qué tonta! Hubieras ido, mañana vamos y planeamos otra cita con él.
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